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  1. Los saluda Leslie Davey Talledo, preparándome para hacer la promesa, en el CMS Flor del Carmelo de Pueblo Libre en Lima, Perú.
    Hoy escuché a Francesc Torralba, quien nos presentó 10 constataciones sobre la mirada femenina de la condición humana. Ha sido una ponencia bella y hermosa.
    Participando de la Vigilia Teresiana, con el corazón en la mano, desde Perú, permítanme hacer una reflexión personal sobre el “qué” en las Moradas de Santa Teresa de Jesús, en mi experiencia de subir en mi castillo interior, al encuentro de la comunión con Dios.
    El “qué” es descubrir primero si estoy cara a Dios o estoy de espaldas a Dios.
    Si estoy cara a Dios lo segundo es descubrir con que velocidad voy al encuentro de la comunión con Dios.
    Entonces el “qué” implica saber cuál es el sentido de mi vida y a qué velocidad de crecimiento voy.
    Santa Teresa de Jesús, en las Moradas, nos muestra el camino a seguir.
    Ahora, voy a usar el concepto de excelencia para definir que estoy cara a Dios, y voy a usar el concepto de operacionalidad en matemáticas, tenemos niveles como la función suma, la función multiplicación, la función exponencial y la función tetracción, para definir la velocidad con la que voy hacia Dios.
    Si aceptamos que libertad es la opción de elegir el bien, lo bello, la verdad.
    La excelencia sería elegir vivir el discernimiento Teresiano de Fe, Esperanza y Amor a plenitud. Por sobre elegir vivir en la mediocridad, vivir en la tibieza.
    Por lo tanto ¿a qué velocidad voy subiendo las moradas? Puede que vaya como sumando, o como multiplicando, a una velocidad lineal, o, a una velocidad exponencial, y ¿qué tal ir a una velocidad de tetracción?
    Justamente Santa Teresa de Jesús nos invita a enamorarnos de Dios e ir más allá de la excelencia, a una velocidad más allá de exponencial.
    Santa Teresa de Jesús nos invita elegir vivir el discernimiento Teresiano de Fe, Esperanza y Amor a plenitud a una velocidad de tetracción, que es la cuarta función operacional en matemáticas, después de la suma, multiplicación y exponencial.
    Y cuando decido vivir a plenitud creciendo hacia Dios a ésa velocidad de tetracción, sucede que, toda la rueda de mi vida, todas las áreas de mi vida, van hacia la comunión con Dios.
    Si tengo claro el “qué” en las Moradas de Santa Teresa de Jesús, entonces mi enfoque tiene la claridad para pasar de vivir en la orilla del mar revolcado por las olas, intentando cumplir los mandamientos, a lanzarme mar adentro a vivir las bienaventuranzas, y cuando estoy abandonado a la Santísima Voluntad de Dios entonces puedo vivir la plenitud del discernimiento Teresiano, y así un paso a la vez, cada día esforzarme es ser una mejor persona para servir con amor a los demás.
    Ofrezco esta reflexión con humildad, como laico de a pie, a Santa Teresa de Jesús en su vigilia.

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